Corría el año 1946 cuando en la España de Paquito se fundó la empresa ENASA (Empresa Nacional de Autocamiones Sociedad Anónima) para construir camiones y autobuses en las viejas instalaciones de Hispano Suiza y la creación de una escuela de aprendizaje para ingenieros y personal necesario, el C.E.T.A. (Centro de Estudios Técnicos de Automoción).
Recordar que en aquella época España era Una, Grande y libre, pero sobre todo lo primero (una), ya que la autarquía que desarrollaba hacía imposible relacionarse con el resto de Europa que despertaba de la pesadilla de la Segunda Guerra Mundial.
Recordar que en aquella época España era Una, Grande y libre, pero sobre todo lo primero (una), ya que la autarquía que desarrollaba hacía imposible relacionarse con el resto de Europa que despertaba de la pesadilla de la Segunda Guerra Mundial.
El hombre que llevaba el peso de la empresa y del desarrollo se llamaba Wilfredo Pelayo Ricart y su amor a la velocidad y su pasado en las empresas automovilísticas italianas dieron lugar a la decisión de crear un automóvil deportivo de vanguardia y así poder promocionar la modernidad de la empresa y del país (irónico).
En 1951 se crea la división de automóviles, con el nombre de Pegaso Z-100 (ENASA pasó a llamarse Pegaso, “Z” por el sonido de las siglas de la escuela de ingenieros anteriormente nombrada y 100 para diferenciarse del módulo de camiones y autobuses).
El Pegaso Z-102 llegó a ser producido con tres motores, el cual el más potente de 3200 cc desarrollaba hasta 280 Cv.
El Pegaso Z-102 llegó a ser producido con tres motores, el cual el más potente de 3200 cc desarrollaba hasta 280 Cv.
Para la prueba de velocidad de 1953 se utilizó un Pegaso Z-102 Supercharged con combustible especial que desarrollaba 360 Cv llegando a alcanzar 245 Km/h, siendo superado al año siguiente por un muy noble rival, el Mercedes Benz 300 SL “Alas de Gaviota”.
España era líder!!!
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