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lunes, 19 de enero de 2015

Cadillac Allanté

El enemigo en casa.

Pocas veces un automóvil tiene más kilómetros en su fabricación que los que puede hacer su dueño final en su primer año de uso. Desde la brillante Detroit hasta su homóloga Italiana – Turín – llegaban las piezas del Cadillac Allanté para su vuelta al continente americano de nuevo.

A finales de los años 80S, la tradicional y arcaica Cadillac, soñaba con un nuevo modelo que lograra recobrar sus viejos y ya perdidos laureles de lujo y ventas ante firmas británicas como Jaguar y Mercedes.
Cadillac Allanté
Por ello y ante una falta de identidad más que notable, se diseño y fabricó el que a la larga casi se convierte en el responsable de la desaparición de la firma, el Cadilla Allanté.

La idea inicial era espectacular. Conjugando el perfecto diseño italiano, el lujo heredado de la firma Cadillac y la potente motorización norteamericana, se lograría quizá, el vehículo perfecto, sólo había un “pero”, los altísimos costes.
 

La gran mayoría de la inversión fue a beneficio del área de transporte de cargas de Lufthansa. Iniciándose el proceso de construcción en Detroit, las miles de piezas fabricadas en suelo norteamericano, eran empaquetadas y transportadas por vía aérea hasta los talleres de Pininfarina – quien sino – en la ciudad italiana de Turín. Montando el automóvil al estilo italiano, era de nuevo la firma alemana Lufthansa la encargada de llevar de nuevo el paquete – esta vez montado – hasta Detroit para que fuera en la fábrica de Cadillac, donde se incorporaría el motor y ejes, así como el ok final, y sólo con 20.000 kilómetros de viaje.

Para un modelo tan especial, no se podía montar un motor común, Por ello fue el americano V8 – de nuevo, cual sino – el responsable del empuje del Allanté. Con un cubicaje de 4.0L con 172 Cv y una versión más amplia de 4.5L con 202 Cv, la velocidad máxima era cercana a los 200 km/h, la cual tampoco era muy espectacular para la época.

Obviamente los costes de producción eran disparatados, acarreando un precio de salida más alocado aún a pesar de los numerosos spot que anunciaban sus bondades en curiosos multireportajes, siendo en el momento de su puesta al público, el auto de producción más caro del momento. El Corvette más completo y caro de 1987, era casi 20.000$ más barato que el Cadillac Allanté del momento, lo que provocó un número muy reducido de ventas, acercando al abismo de la bancarota a la firma de Detroit.

Como era normal, los objetivos de venta nunca fueron logrados. En 1987 se presumió unas ventas de 4000 uds. llegando a unas escasas 1651. El año siguiente sería peor aún. Bajo un pronóstico de 7000 uds. se llegó a vender poco más de la tercera parte, siendo 1993 el último año de su producción con únicamente 21.000 unidades vendidas, todo un fracaso.

Fuente: CochesMíticos,eHowEspañol, Cadillac,...
Galería: Google

jueves, 17 de enero de 2013

La peor escudería de la F1

Scuderia Life, o como hacer el ridículo en la F1.

En el año 1990 se pudo ver como la ilusión de un tifosi, se convertía primero en un sueño hecho realidad para más tarde convertirse en la gran pesadilla de la F1, si a este deporte e le llama el Gran Circo, la escudería Life eran los payasos tristones.

El triste final de la escudería española HRT que se pudo ver en la temporada 2012, provocó que multitud de aficionados al motor se preguntaran si era el final de la escudería con peores registros en la historia de la F1. Carreras cuyo objetivo era meramente llegar – después de ser multitud de veces doblado – la falta de modificaciones y que los pilotos pagaran por poder correr, dieron al traste con la escudería española, pero no convirtiéndose en la peor de la historia, ese honor se la queda Life.
En la temporada en que Alain Prost defendía su tercera corona mundial y que fue arrebatada por el sensacional Ayrton Senna, se dio lugar una de las historias más curiosas y desconocidas de la F1. Mientras escuderías como Ferrari, McLaren o Benetton tenían como objetivo el campeonato del mundo, un poco más atrás se encontraba la reciente Scudería Life, cuyo único objetivo era llegar al circuito a tiempo y poder montar el coche a su hora, arrancarlo y que no se parara no entraba aun en los planes.
Ernesto Vita
Ernesto Vita fue un fanático de las carreras desde joven, ya en los años 70´s se le pudo ver competir en las disciplinas de Fórmula Ford y en F3, pero su progenitor – responsable de la fortuna de Ernesto – le impuso dejar esa afición a la gasolina y velocidad, hasta que en 1989 decide crear su propia escudería de F1, la cual prestaría su apellido: Life, Vita en inglés.
El pequeño proyecto de escudería, decide revolucionar el mundo de la F1 utilizando un motor de 12 cilindros en posición W – tres filas de 4 cilindros – para la cual se decide formar la nueva compañía de investigación e ingeniería Life Racing Engines, presidida por su esposa y tomando él las funciones de vice-presidente y de director general.
Bruno Giacomelli
Con su nuevo coche – el L190 – se decide contratar los servicios de Gary Brabham, hijo de la gran leyenda Jack Brabham para así dar un golpe publicitario, además de creer que el talento se hereda de padres a hijos.
El coche que se presenta para la primera carrera en Estados Unidos es un despropósito, el famoso motor W12 rinde tan sólo 500 cv – 200 menos que el resto de competidores – un volante tan parco que sólo contaba con 10 botones, la ausencia de radio en el coche, un chasis pesado y muy rígido, además de que la transmisión, la caja de cambios y los amortiguadores son de tan baja calidad que en conjunto hace que autos que compitieron 20 años antes, fueran más rápidos que en Life.

Como es normal, Life no se pudo clasificar para la carrera de Estados Unidos ni para la siguiente de Brasil, por ellos Brabham decidió irse del equipo dejando el dorsal 39 vació para el veteranísimo piloto Bruno Giacomelli, que llevaba casi 7 años sin pilotar un monoplaza de Fórmula 1, pero al estar sponsorizado aún con Malboro, sus honorarios no corrían a cargo de la escudería.

La casi ausencia se sponsor de la escudería, sumado al color rojo del monoplaza, hacía que pareciera un monoplaza de pruebas de Ferrari, pero prestando un poco de atención, se veía al lado de la bandera de Italia, la bandera de otra nación extraña en el mundo de la F1, se podía ver la hoz y el martillo de la bandera soviética, ¿por qué? Uno de los pocos patrocinadores de Life, era el conglomerado PIC, proveedor de la industria aeroespacial, subcontrata para los submarinos atómicos y productor de un programa semanal de televisión sobre automovilismo

La ausencia de motorhome en el equipo respondía a que las charlas entre el ingeniero Maurizio Ferrari y su piloto eran innecesarias, además el equipo completo era de tan sólo 6 personas, incluyendo a la persona que conducía el camión y que ayudaba en el box en lo que podía.
Después de 12 carreras en las que no se pudo clasificar para la salida en ninguna, se decide olvidar del motor W12 y volver al viejo Judd V8, para que en la carrera número 13 en Portugal empezara la buena suerte. Al intentar introducir el mastodóntico V8 en el monoplaza, se percataron que no entraba, por lo que se perdió otra oportunidad de ver al Life en acción, oportunidad que si que se pudo ver en el siguiente Gran Premio en España, logrando después de modificar chasis, suspensiones, caja de cambios y puntos de agarre del motor, ver al Life dar casi tres vueltas, logro que no fue suficiente para clasificarse para la salida, por lo que después de 14 intentos fallidos por empezar una carrera y a falta de dos para finalizar la temporada, se decidió abandonar el proyecto y dejar el sueño de la F1 dentro del cajón.


Aunque pueda parecer extraño, la escudería Life era querida por la gran mayoría de aficionados al motor, ya que era un ejemplo de trabajo en equipo – a la hora de cambiar las ruedas se debía de hacer a mano, por lo que el tiempo empleado era casi 50 ó 60 veces mayor que las otras escuderías – y de obstinación por un objetivo: participar en la competición más avanzada tecnológicamente del mundo, la Fórmula 1.
Fuente: formula1.com, dreamcarspain.com, f1rejects.com,…
Galería: Google