lunes, 2 de junio de 2014

Dodge Deora

La pick up del pasado futuro.

En plena efervescencia creativa, con el apoyo de General Motors, Harry Bentley Bradley logró el que sería durante mucho tiempo, el automóvil con el diseño más peculiar de Dodge.

La idea de crear un vehículo que mezclara los beneficios de amplitud de la van, con la capacidad de carga de una pick up, centraron los pensamientos del diseñador de autos Harry Bentley Bradley desde 1964.

Gracias al apoyo financiero de GM y a los personalizadores de autos Mike y Larry Alexander, lograron crear a partir de la base de un Dodge A100, el vehículo que debería atraer todas las miradas: Dodge Deora.
Con la colaboración de partes de varios modelos – como el característico portón trasero del Ford Station Wagon de 1960 – se logró encajar todas las piezas necesarias para fundir en una sola unidad, van y pick up.

Las modificaciones fueron complejas y numerosas. La altura original se redujo hasta los 1,45 metros, desplazando la cabina tan adelante, que los ocupantes se sentaban encima del eje delantero.



El motor fue desplazado unos centímetros para lograr más espacio en la cabina, logrando que el radiador no se sobre calentara gracias al uso de ventiladores eléctricos, mientras que el depósito de combustible fue movido atrás de la cabina. Todo ello estaba convenientemente oculto por la tapa que cubría la caja de carga.

Las ópticas traseras, ocultas y visibles sólo por el reflejo que producían sobre el metal pulido podrían haber llegado a ser el factor característico del Deora, sino fuera por el portón frontal de entrada al vehículo.
Ópticas traseras del Deora
El interior del modelo de Dodge no dejaba duda que fue diseñado en mostrar el futuro en los años 60. El protagonista es sin duda alguna el estrafalario volante basado en el de un Oldsmobile de la época como así los relojes auxiliares colocados entre los asientos.

La puerta de entrada pivotaba para permitir el acceso hasta dos personas. A través de un motor eléctrico, se lograba desplazar hacia arriba el parabrisas localizado en el margen superior, todo ello facilitaba el acceso de los ocupantes.

Este aspecto tan peculiar, logró que atrajera no sólo miradas, también graciosos sobrenombres como el que se colocó en el año de su presentación, la "cabina de teléfonos".
Característico portón de entrada
De manera anecdótica, el vehículo fue bautizado con el nombre Deora, ya que de esta manera pensaban sus constructores que se escribía la palabra oro en castellano.

En estos momentos el coche pertenece a un propietario que desembolsó 324.000$ en una subasta realizada en Estados Unidos en 2009.

Su diseño tan característico y la mitomanía que siempre ha rodeado a los vehículos que son particularmente "iferentes", le ha ganjeado una fama que puede ser apreciada a través de sus numerosas apariciones en juguetes, videojuegos o proyectos de 3D.









Fuente: PickUpTrucks.com, Conduciendo.comHighMotor.com,Autos70.com, La OpiniónAutoBlog.com, igcd.net,...
Imagen: Google

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