Como ocurre en el ámbito militar, el camuflaje tiene el fin principal de
que quien lo lleva puesto pase inadvertido ante enemigos en un caso y “fotógrafos
espías” en el mundo del motor.
Antes de que cualquier automóvil salga al mercado para
su venta, han pasado cuatro años desde el inicio de su desarrollo, dejando
atrás una cifra cercana a los 200 prototipos y miles de horas de trabajo que en
su conjunto suma los 200 millones de euros arrojando la singularidad de que el 30%
de los gastos de fabricación de un determinado coche suponen el 30% de su
precio final.
Estos costes provocan que la seguridad del diseño y
prestaciones de los modelos sin comercializar aun, sea una de las cuestiones
más secretas y resguardadas que cada marca de automóviles guarda. Una foto
indiscreta de unos de sus modelos puede dar a traste todo un año de trabajo y
tirar por la borda millones de euros en diseño y desarrollo.
La necesidad de rodar los prototipos en carreteras
abiertas al tráfico para así probar varios aspectos que es imposible su
correcta funcionalidad en los circuitos privados que poseen las marcas, hacen
que el camuflaje de prototipos tenga una importancia vital sobre todo en los
últimos meses de trabajo.
Anteriormente, lo más habitual a la hora de camuflar
un vehículo, era instalar placas de plástico o metal modificando así el diseño
exterior del nuevo modelo, intentando hacer irreconocible el original a la hora
de ser visto o fotografiado.
El problema de instalar piezas a un coche recae en que además del aspecto exterior, el comportamiento del vehículo a ciertas velocidades como la respuesta aerodinámica también sufre alteraciones.
Por ello en los últimos años se ha incorporado a las placas de plástico, una serie de pegatinas con dibujos abstractos, que debido al curioso efecto óptico que producen, impiden dislumbrar la forma real del vehículo, sin modificar las respuestas reales de conducción del prototipo en cualquier condición climatológica, ya que dichas pegatinas aguantan temperaturas mínimas de 70 grados y mínimas de hasta 40 grados negativos.
El problema de instalar piezas a un coche recae en que además del aspecto exterior, el comportamiento del vehículo a ciertas velocidades como la respuesta aerodinámica también sufre alteraciones.
Por ello en los últimos años se ha incorporado a las placas de plástico, una serie de pegatinas con dibujos abstractos, que debido al curioso efecto óptico que producen, impiden dislumbrar la forma real del vehículo, sin modificar las respuestas reales de conducción del prototipo en cualquier condición climatológica, ya que dichas pegatinas aguantan temperaturas mínimas de 70 grados y mínimas de hasta 40 grados negativos.
Los responsables del camuflaje del prototipo empiezan
su trabajo cuando el nuevo modelo no es sólo más que un diseño en el ordenador
o un trozo de arcilla con forma, es en esos momentos cuando se decide que
partes del nuevo modelo y que rasgos principales se deben mantener a salvo.
Alrededor de 36 meses antes del lanzamiento del
modelo, se circula con “la mula”, el cual es la denominación de aquellos
automóviles que emplean carrocerías de modelos conocidos pero que incluyen
plataformas, amortiguación o motores del futuro modelo.
Entre el año y el año y medio antes de conocer el modelo final, se puede ver al automóvil en la segunda fase del desarrollo, el cual algunas unidades ya emplean una carrocería muy similar a la final cubierta con unos apósitos que la hacen irreconocible.
Entre el año y el año y medio antes de conocer el modelo final, se puede ver al automóvil en la segunda fase del desarrollo, el cual algunas unidades ya emplean una carrocería muy similar a la final cubierta con unos apósitos que la hacen irreconocible.
En el último año de desarrollo para realizar los test
de sonoridad, consumo y aerodinámica se utiliza los vinilos. En la actualidad
existen tres tipos de vinilos los cuales son los más utilizados hoy en día.
Fishies |
Lágrimas |
Más adelante surgieron los vinilos con forma de lágrimas de color negra que además de disimular las formas originales, colocados sobre una superficie blanca, logra el reflejo de los flashes de las cámaras.
Lo último son los vinilos flimmies, no sólo recurren a vinilos geométricos que oculten las verdaderas formas de la carrocería: además, también se emplea la técnica del 'parpadeo del color', que permite saber las proporciones del modelo... pero que hace imposible distinguir las formas de las zonas cubiertas por el camuflaje.
Flimmies |
Puede resultar un tanto curioso, pero las ópticas – tanto delanteras como traseras – son muy complicadas de disimular y la ley obliga que estén en perfecto estado, por lo que las marcas se nutren de recambios de otros modelos o incluso de otras marcas.
Circular con estos modelos por carreteras ordinarias
es tan crucial para el éxito o fracaso de las ventas, que la elección del lugar
es materia vital. La gran mayoría de compañías automovilísticas, llevan sus
prototipos a zonas donde la climatología es extrema y así ver cómo responde el
automóvil ante problemas como cerraduras congeladas, climatización del
habitáculo, exposición del motor a temperaturas bajo cero, etc.
En España podemos ver como las carreteras de Sierra Nevada de convierten en pistas de pruebas ya que no sólo su magnífica señalización ayuda a la conducción, sino que la cercanía de la montaña con la playa, hace que los modelos estén en pruebas de frío y calor en la misma jornada.
En España podemos ver como las carreteras de Sierra Nevada de convierten en pistas de pruebas ya que no sólo su magnífica señalización ayuda a la conducción, sino que la cercanía de la montaña con la playa, hace que los modelos estén en pruebas de frío y calor en la misma jornada.
Sea por la razón que sea, el camuflaje siempre será un
aspecto en que espías y espiados estarán en completo estado de alerta.
Galería: Google
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