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miércoles, 4 de marzo de 2020

Ferrari 250 Europa GT

El germen de Lamborghini fue un Ferrari.

Surgido del modelo 250 Europa, la versión GT supuso en cambio de motorización, suspensión y sobre todo el inicio del idilio Ferrari - Pininfarina.

Presentado en el Salón del Automóvil de París de 1954 y producido entre 1954 y 1956, el Ferrari 250 Europa GT se presentaba como la versión – si es posible – más deportiva del ya bien posicionado Ferrari 250 Europa.
Con un objetivo de agradar al cada vez más número de empoderados económicos deseosos de un Ferrari en su garaje, se decidió que el 250 Europa GT, fuera el primer modelo del Cavallino Rampante que fuera fabricado de manera estandarizada.

Este modelo de fabricación estableció que el Ferrari 250 Europa GT – denominado desde el inicio como Ferrari 250 GT – fuera el modelo que disfrutó del periodo de producción más largo y homogéneo de un modelo hasta ese instante, convirtiendo a Pininfarina en el único diseñador de coches Ferrari hasta la actualidad.
Vestidos en su totalidad por la firma italiana Pininfarina – 30 unidades producidas en total – se llegaron a fabricar hasta cuatro unidades en su totalidad por aluminio, con el objetivo de ser probado sean las competiciones del continente europeo.

Tal era la necesidad de espacio de fabricación, que la original factoría de Pininfarina en Grugliasco se quedó corta, cambiando la producción a las instalaciones de Bojano.
Es su motor gasolina atmosférico V12 Colombo Tipo 125 el que le brindó su nominación 250. Sin embargo, las primeras versiones de calle (250 Export y 250 Europa) llevaban el motor Lampredi, también V12 de 2.953 cm. En ambos casos las unidades fabricadas contaban con los famosos tres carburadores weber.

Con una potencia de 220cv y una velocidad máxima de 230 km/h – trasmitida las ruedas traseras a través una caja de cambios de cuatro velocidades – era necesario contar con un tanque de combustible idóneo. Por ello, se decidió que 100 litros de capacidad de gasolina, era la mejor de las opciones.
La leyenda nos señala que fue este el modelo que provocó una de las de fabricantes más interesantes jamás surgidas. El fabricante italiano de tractores Ferruccio Lamborghini - responsable a su vez de grandes joyas como el Miura o el 350 GT - fue dueño de varias unidades del Ferrari 250.

Insatisfecho por la multitud de fallas y problemas surgidos, en especial la fragilidad de los embragues el cual notó que el clutch era el mismo que utilizaba para sus tractores, y la mala atención al cliente, provocaron que dirigiese al propio Enzo Ferrari toda su ira. Ferrari se ofendió y le respondió diciendo que no era más que un constructor de tractores “que no sabía nada de autos deportivos”.


Fuente: ferrari.com, supercars.net, barchetta.cc, motor16,....
Galería: Google

lunes, 12 de diciembre de 2011

Mercedes Benz Renntransporter

Una de las épocas más gloriosas en el aspecto deportivo para Mercedes fueron los maravillosos años 50´s. Con sus flamantes bólidos triunfando en los circuitos era necesario que todo lo que les rodeara fuera igual de espectacular que los resultados alcanzados. Con esta idea surgió en 1 954 el Mercedes Benz Renntransporter.

El departamento de competición de la marca de la estrella, decidió crear un auto que conjugara la funcionalidad con lo exótico.

Para ello cogieron prestado el motor del famoso Mercedes Benz 300 SL (modelo de Mercedes que gracias a un error se convirtió en un icono), y lo colocaron en un chasis reforzado y creado únicamente para él, dando lugar al embrión de un vehículo realmente extraordinario.

Su peso sin carga era de 2 toneladas, pero su motor de competición de 6 cilindros en línea de  2 996 cc, producía 192 cv (originalmente eran 215 cv, pero hubo que limitarlo) pudiendo alcanzar con su carga ya encima, ahora llega lo más sorprendente, los 170 km/h.

El motor se encontraba inmediatamente después de la cabina, situándose casi en la vertical del eje delantero, por lo que podríamos admitir que el Mercedes Benz Renntransporter como buen auto del mundo de la competición, era de motor central. A parte del motor, el otro responsable de esta gran velocidad era su bajo cociente aerodinámico, resultado de su estilizado diseño y de su poca altura, un metro setenta y cinco. Por toda esta velocidad y potencia, necesitaba un buen sistema de frenado formado por enormes frenos de tambor con asistencia hidráulica en las cuatro ruedas, y asistidos por un disco de freno en la transmisión, así como un peculiar freno de escape.

Su color azul intenso, provocó que se le conociera como el “milagro azul”. La parte frontal y el interior de la cabina se hicieron con elementos tomados del Mercedes 180, mientras que la calandra era del 300 SL.

Destacaba especialmente la parte posterior de la cabina con forma convexa para encajar mejor con el frontal del coche, y que obligó a construir unos cristales especiales con esta forma para las lunas traseras.

La distancia entre ejes de menos de 3 metros, hacía que fuera muy fácil hacerle girar, sobresaliendo casi dos metros de longitud la cabina del camión.

Como todos los iconos, no fue reconocida su belleza hasta pasado unos años, provocando que se desguazara por completo en el año 1.967, pero ya en 2.001 fue de nuevo construido para su muestra en el Museo Mercedes Benz de Stuttgart.