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lunes, 16 de marzo de 2020

Pegaso Bacalao

La era de Oro del automóvil español.

Futurista. Brillante. Espectacular. Estos y muchos más, fueron los adjetivos que enumeraban aquellos afortunados que pudieron ver en primera línea, unos de los automóviles patrios, más vanguardistas del momento.

Fue en 1952 cuando la compañía española Pegaso, fabrica el prototipo de vehículo de transporte de unidades de competición, más concretamente el Pegaso Z102: El Pegaso Bacalao.

Único en su fabricación – a pesar de los rumores de una segunda unidad del Pegaso Bacalao – su ´nica función era la carga. Transporte de vehículos de competición y piezas para el mismo. Sin duda alguna, era el vehículo de asistencia más bello de los existentes.

Finalizada su producción en Zaragoza con la matriculación provisional B-104547, dos unidades del Pegaso Z102 fueron su primera “carga”. Con sus exactos de once metros de longitud, tres y medio de altura y otros dos y medio de ancho, tenía las medidas suficientes para circular por vías urbanas y a la vez, ser el perfecto vehículo de transporte.


Tiraba de esta bestia un potente motor gasolina, el cual fue remplazado en los inicios por un mismamente poderoso motor Diesel de la casa Pegaso de 140Cv. Encima del motor, se encontraba la cabina totalmente acristalada, con una posición central del conductor (recordar que era el único ocupante).

El color blanco fue en el Pegaso Bacalo su color de génesis. Con la matrícula provisional y sin la cruz cromada de la carlinga frontal, realiza sus primeros kilómetros por las carreteras españolas.

No le duró mucho tiempo el color inmaculado, ya que el azul celeste en los laterales y oscuro en los bajos, se convirtió en los colores protagonistas del Bacalao. Es en esta época en el que se inicia el baile de matrículas y patentes. A pesar de contar con una matrícula temporal desde su inicio, no es hasta 1957 cuando obtiene al fin su ansiada matrícula final: B145045.


A contrario de otras unidades experimentales o prototipos, reservados a unos pocos kilómetros de uso, el Pegaso Bacalao conoció y rodo casi un millón de kilómetros. Le Mans, Niza, Madrid, Roma, Bilbao, Bruselas, Turín, Barcelona, fueron sólo algunas de las capitales europeas que conoció el Bacalao.

Casi una década después y tras varios kilómetros, vuelve a modificarse los colores. Su nuevo propósito de vehículo asistencial de la Federación Europea de Automóviles Antiguos le provee de nuevas letras en los laterales, y una de sus pocas modificaciones: dos focos superiores redondos en el frontal.

Sus últimos años de uso de existencia los desempeñó en la Escudería Nacional CS como vehículo asistencial.

De manera inverosímil y cruel, pasó una larga temporada en las inmediaciones de la factoría Pegaso de Barcelona, olvidad y sin cuidados. Esta falta de trato, provocó quela oxidación y deterioro del Pegaso Bacalao fuera de tal envergadura, que en mayo de 1970 se mandar a un desguace.


Un final poco digno para un pedazo de historia.

A modo de curiosidad, en los años 50S no sólo apareció el Pegaso Bacalo como unidad de transporte de vehículos de competición. Más refinado pero con menos utilidad – y por supuesto menos kilometraje – Mercedes fabricó su unidad Mercedes Benz Renntransporter. Este vehículo como el Bacalao, no fue valorado en su época, siendo también destruido.

Fuente: Doce Cilindros, Pasión Slot, Forocoches, ....
Galería: Google

lunes, 12 de diciembre de 2011

Mercedes Benz Renntransporter

Una de las épocas más gloriosas en el aspecto deportivo para Mercedes fueron los maravillosos años 50´s. Con sus flamantes bólidos triunfando en los circuitos era necesario que todo lo que les rodeara fuera igual de espectacular que los resultados alcanzados. Con esta idea surgió en 1 954 el Mercedes Benz Renntransporter.

El departamento de competición de la marca de la estrella, decidió crear un auto que conjugara la funcionalidad con lo exótico.

Para ello cogieron prestado el motor del famoso Mercedes Benz 300 SL (modelo de Mercedes que gracias a un error se convirtió en un icono), y lo colocaron en un chasis reforzado y creado únicamente para él, dando lugar al embrión de un vehículo realmente extraordinario.

Su peso sin carga era de 2 toneladas, pero su motor de competición de 6 cilindros en línea de  2 996 cc, producía 192 cv (originalmente eran 215 cv, pero hubo que limitarlo) pudiendo alcanzar con su carga ya encima, ahora llega lo más sorprendente, los 170 km/h.

El motor se encontraba inmediatamente después de la cabina, situándose casi en la vertical del eje delantero, por lo que podríamos admitir que el Mercedes Benz Renntransporter como buen auto del mundo de la competición, era de motor central. A parte del motor, el otro responsable de esta gran velocidad era su bajo cociente aerodinámico, resultado de su estilizado diseño y de su poca altura, un metro setenta y cinco. Por toda esta velocidad y potencia, necesitaba un buen sistema de frenado formado por enormes frenos de tambor con asistencia hidráulica en las cuatro ruedas, y asistidos por un disco de freno en la transmisión, así como un peculiar freno de escape.

Su color azul intenso, provocó que se le conociera como el “milagro azul”. La parte frontal y el interior de la cabina se hicieron con elementos tomados del Mercedes 180, mientras que la calandra era del 300 SL.

Destacaba especialmente la parte posterior de la cabina con forma convexa para encajar mejor con el frontal del coche, y que obligó a construir unos cristales especiales con esta forma para las lunas traseras.

La distancia entre ejes de menos de 3 metros, hacía que fuera muy fácil hacerle girar, sobresaliendo casi dos metros de longitud la cabina del camión.

Como todos los iconos, no fue reconocida su belleza hasta pasado unos años, provocando que se desguazara por completo en el año 1.967, pero ya en 2.001 fue de nuevo construido para su muestra en el Museo Mercedes Benz de Stuttgart.